viernes, 10 de abril de 2015

Buttermilk


Cuando volví de E.E.U.U. traje conmigo un montón de recetas que voy publicando. Y aunque cada vez es más fácil tener a nuestro alcance la mayoría de los ingredientes, todavía  hay algunos que cuesta encontrar.

Un ejemplo claro es el buttermilk o suero de mantequilla. Es un ingrediente que aparece regularmente en recetas de repostería tanto de Norte América como del centro de Europa. En estos lugares incluso se comercializa, y la preparan añadiendo ácido láctico a la leche desnatada o semidesnatada, dejando que fermente hasta obtener un sabor ácido.

Tiene una textura parecida al yogur líquido y lo que hace es que al combinarse con la levadura o el bicarbonato en las recetas, se libera dióxido de carbono y esto hace que la masa, al hornearla, quede esponjosa.

Sé que, en ocasiones, puede encontrarse en algunos supermercados Lidl (aunque no en todos), a veces se encuentra en Carrefour o en el supermercado de El Corte Inglés. Pero si no lo tenéis a mano en vuestro supermercado habitual, o resulta que os parece caro, existen varias alternativas caseras a este producto.

La que yo uso es muy sencilla:
        * 240 ml leche semidesnatada
        * 1 cucharada colmada de vinagre blanco

Dejamos que el vinagre cuaje la leche y ya tenemos listo un buttermilk casero. El aspecto que queda es el siguiente:


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