viernes, 10 de julio de 2015

Leche Frita



Ha llegado mi sobrina de vacaciones, tiene 4 añitos y siempre que viene a verme quiere que nos encerremos en la cocina para preparar infinidad de postres. Es muy divertido cocinar con niños, a ella le encanta y yo nunca pierdo la ocasión. Así que hoy hemos optado por un postre muy tradicional de la gastronomía española: Leche Frita.

Es un postre casero y muy sencillo de preparar por los pocos ingredientes que requiere para su elaboración. Aunque existen infinidad de recetas tradicionales que pasan de generación en generación, yo voy a compartir la que me enseñó mi abuela que está riquísima.

La Leche Frita tiene un aporte calórico bastante bajo para tratarse de un postre dulce, ya que solo tiene unas 200 kcal por cada 100 gr. Además es un postre muy nutritivo porque aporta proteínas completas, azúcares y grasas, todos ellos elementos necesarios para el organismo. Aunque seamos realistas, después de una comida o cena copiosa puede que este postre no sea el más indicado.

Leche Frita

Ingredientes
750 ml leche
65 gr fécula de maíz (maizena)
100 gr azúcar
30 gr mantequilla sin sal
cáscara de un limón
1 rama de canela

Para el rebozado:
harina
1 huevo




Elaboración de la Leche Frita

Lo primero que haremos es colocar en un cazo 600 ml de leche, el azúcar, la cáscara de limón y la rama de canela. Cocemos a fuego lento, cuando la leche empiece a hervir, apagamos el fuego y si queremos que la leche se impregne del aroma de la canela y la corteza de limón, dejamos el cazo tapado unos 15 minutos. Entonces retiramos la rama de canela y la cáscara de limón.

La fécula de maíz no se diluye bien en caliente, por eso hemos reservado 150 ml de leche fría. En un recipiente aparte diluimos la maizena en los 150 ml de leche, batiendo con unas varillas de forma enérgica para evitar grumos. Lo incorporamos a la leche caliente y ponemos a calentar de nuevo a fuego muy lento, removiendo sin parar para que no se pegue al cazo, hasta que la leche haya espesado lo suficiente. Una vez hemos conseguido que la leche tenga una consistencia bastante densa, retiramos el cazo del fuego y volcamos la crema en un recipiente rectangular de unos 15  x 25 cm. Dejamos reposar unos 20 minutos, después tapamos con papel film y dejamos enfriar en la nevera, como mínimo 4 horas, aunque lo ideal es prepararlo de un día para otro ya que cuantas más horas de frío tenga, más compacta se vuelve.


Una vez fría, la crema ha cuajado y la cortamos en porciones cuadradas o rectangulares, yo las he hecho de 4 x 5 cm aproximadamente y me han salido 18 raciones de 2 dedos de grosor más o menos.

Pasamos las porciones por harina, luego por huevo y las freímos en aceite de girasol hasta que estén doraditas por ambos lados. las dejamos escurrir sobre papel absorbente, para que no queden muy aceitosas y luego las rebozamos bien en una mezcla de azúcar y canela en polvo.


Este postre me recuerda mucho al sabor de las torrijas por el rebozado de azúcar y canela. Se pueden tomar calientes, templadas o también podéis servirlas en frío. Están riquísimas solas o acompañadas con un poco de helado.

Con este postre tradicional seguro que triunfáis.



No hay comentarios:

Publicar un comentario